Gabriela, la maestra, la mujer, la poeta, era bella.... el dolor de las ausencias, la pérdida de los seres amados, grabó un rictus en sus labios que fue apagándo su hermosa sonrisa..
lunes, 31 de mayo de 2010
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Sí. Creo que toda criatura es bella de por si. Pero lo que nombras, América, va dejando huella no sólo en el alma sino en la piel.
ResponderEliminarPero qué preciosos se vuelven los rostros cuando la vida los deja maduros de experiencias, maduros de haber sentido, maduros de haber "VIVIDO"...al fin y al cabo.También hay belleza en el dolor.
Un abrazo.